sábado, 19 de noviembre de 2016

Adaptación al cambio climático: selección de vides que transpiran menos durante la noche

Investigadores franceses de los centros de investigación INRA y Montpellier SupAgro han demostrado que es posible seleccionar variedades que permitan un ahorro considerable de agua durante la noche. Los resultados del estudio de este aspecto hasta ahora poco explorado abren el camino hacia una nueva estrategia de selección basada en la tolerancia a la sequía de la vid.



En el contexto del cambio climático, la selección de cultivos con capacidad para producir más biomasa representa un reto importante. De hecho, existe un compromiso funcional entre la asimilación de carbono durante la fotosíntesis y la pérdida de agua durante la transpiración. En efecto, las células de la superficie de las hojas, los estomas, forman una miríada de poros microscópicos que, al abrirse para acelerar la difusión de anhídrido carbónico hacia los cloroplastos donde comienza la síntesis de sustancias orgánicas, dejan salir también agua desde hoja hacia la atmósfera. Resultado: durante el día, el funcionamiento de los estomas impide que la planta pueda reducir la transpiración, sin comprometer la fotosíntesis y por tanto el crecimiento. Pero ¿qué ocurre con la transpiración nocturna?



Por la noche, los estomas se cierran sólo parcialmente, generando una pérdida de agua aparentemente innecesaria ya que la ausencia de luz no permite la fotosíntesis. Este estudio ha demostrado que la selección de variedades con una menor transpiración durante la noche, permite ahorrar agua sin comprometer el crecimiento de las plantas.

Para ello los científicos estudiaron el comportamiento de 200 descendientes de un cruce entre dos variedades muy populares en las regiones mediterráneas (Syrah y Garnacha), tanto bajo condiciones controladas en una plataforma de fenotipado (PhenoArch) como en condiciones naturales. Los investigadores identificaron regiones del genoma asociadas al mismo tiempo a un bajo nivel de transpiración durante la noche y al mantenimiento del crecimiento.


De noche la transpiración representa alrededor del 15% de la transpiración que se produce durante el día. El uso de determinadas plantas permitiría ahorrar hasta la mitad del agua transpirada durante la noche. Este hallazgo abre nuevos horizontes para la mejora de variedades destinadas a un uso más eficiente del agua, lo que representa un gran desafío para la adaptación de la agricultura al cambio climático. También podría conducir a una identificación más precisa de las regiones clave del genoma implicadas.

Artículo de referencia:
Coupel-Ledru A, Lebon E, Christophe A, Gallo A, Gago P, Pantin F, Doligez A, Simonneau T. Reduced nighttime transpiration is a relevant breeding target for high water-use efficiency in grapevine; PNAS 2016 113 (32) 8963-8968; doi:10.1073/pnas.1600826113
Fuente: INRA


miércoles, 31 de agosto de 2016

Efecto de las prácticas vitivinícolas en las cualidades sensoriales del vino tinto

Antocianinas y taninos (proantocianidinas) son los responsables de los rasgos sensoriales característicos de los vinos tintos en cuanto al color o a sensaciones gustativas (amargor) y táctiles (astringencia). Estas moléculas, por su tamaño, no pueden generar sensaciones aromáticas, pero sí que pueden afectar a la partición de compuestos aromáticos entre las fases líquida y gaseosa, por lo que acaban modulando el aroma ortonasal y retronasal y por ello se considera que pueden afectar a la totalidad del espectro sensorial.

La presencia de antocianinas en los hollejos y de proantocianidinas en hollejos, pepitas y raquis, y la composición fenólica en general, se puede modular por las actuaciones del elaborador tanto en la viña como en la bodega.

En el primer caso, en la viña, mediante técnicas de irrigación, como el déficit de irrigación regulado (DIR), una técnica de irrigación por la que el agua se suministra a tasas iguales o inferiores a las de evapotranspiración total (ETt).



En el segundo caso, en la bodega, mediante tiempos extendidos de maceración. Esta técnica es probablemente la más utilizada para aumentar la concentración de taninos del vino.




En este marco es en el que se desarrolla el trabajo de tres autores estadounidenses, de las universidades Estatal Politécnica de California en San Luís Obispo, y la Estatal de Washington, en donde exploran los efectos individuales y combinados de cuatro tratamientos de déficit de irrigación controlado (25% ETt, 70% ETt, 100% ETt y 25/100% ETt) y tres de maceración (control durante 10 días, maceración extendida durante 30 días y sangrado del 16% del mosto en volumen en prensado). Según los autores, entre los tratamientos que más afectaban a la presencia de antocianinas se hallaba el sangrado. 

Los autores detallan en sus resultados las combinaciones de estas prácticas que pueden tener impacto en las cualidades sensoriales buscadas.

FUENTE:
Casassa L.F.; Larsen, R.C. y Harbertson, J.F.: “Effects of Vineyard and Winemaking Practices Impacting Berry Size on Evolution of Phenolics during Winemaking”, American Journal of Enology and Viticulture , 2016; DOI: 10.5344/ajev.2016.15105.